Salud y Belleza

¿A qué se deben tus molestias en los pies?

Dime dónde te duele…

En los dedos. El dolor puede ser resultado de que tu metatarso (el conjunto de los cinco huesos largos del pie) es muy grande. Ahora bien, si observas que el dedo gordo se inflama y enrojece, podrías tener un principio de gota. Consulta con el médico pero, de entrada, evita tomar alcohol, marisco o demasiadas grasas.

En el talón. Es un dolor que suele estar relacionado con el uso de calzado inadecuado. Este fuerza de forma constante los músculos y ligamentos del pie y se produce un alargamiento del hueso o espolón. El sobrepeso también puede provocarlo.

En el arco. La causa más habitual de este dolor es el llamado síndrome de la bóveda plantar, que supone el sobreestiramiento del ligamento. Aplica frío en la zona 3 o 4 veces al día y notarás alivio.

En la planta. Puede deberse a que un nervio ha quedado comprimido por llevar zapatos muy estrechos o acabados en punta y se inflama. Un masaje puede reducir el dolor y, como último recurso, se recurre a veces a la cirugía. Si el dolor es especialmente punzante cuando estás de pie y al empezar a caminar (sobre todo al levantarte por las mañanas), podría tratarse de una fascitis plantar (una inflamación aguda). En caso de que se confirme el diagnóstico, el médico suele recetar antiinflamatorios. También resulta efectivo aplicar pequeñas corrientes eléctricas.

Otros problemas

Hay algunos otros trastornos que, además de causar incomodidad, tienen consecuencias estéticas.

Durezas. Puedes reducir las molestias que originan con almohadillas, plantillas o parches amortiguadores que evitan el roce.

Juanetes. Existen unas esponjas que se colocan entre el dedo gordo y el siguiente para que duelan menos. En algunos casos hay que operar.

Callos. Los baños de agua tibia favorecen que se ablanden y así es más fácil limarlos con una piedra pómez.

Los cuidados que necesitan cada día

La mayor parte del año solemos olvidarnos de ellos. Sin embargo, su piel, especialmente gruesa, necesita cuidados específicos.

Sin pieles muertas. De forma regular, exfólialos para eliminar las pieles sobrantes en ellos. Utiliza una piedra pómez o una lima o un gel específicos.

Un extra de hidratación. Usa en ellos a diario cremas a base de mentol, glicerina y áloe vera.

Con un buen masaje. La mejor forma de aplicar la hidratante sobre los pies es mediante un masaje en profundidad. Incide mucho en las zonas que descubras más secas.

Si los notas especialmente cansados

Sumergir los pies en agua con sales de plantas como el pensamiento o la malva los relaja pero, además, contribuye a ablandar su piel y a hidratarlos.

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