A casi un año de que la OMS caracterizara a los brotes de Covid-19 como una pandemia, los estudios de nuevos síntomas y patrones que sugieren una infección aportan un panorama más completo de los primeros signos de que el coronavirus ingresó al organismo.
Además de los ya conocidos como la pérdida de olfato, fiebre y tos, una nueva investigación realizada por el Imperial College de Londres como parte del estudio REACT (que rastrea las características de transmisión del virus en el Reino Unido) encontró evidencia de cuatro síntomas persistentes en la población, a saber: escalofríos, pérdida de apetito, dolor muscular y dolor de cabeza.
El estudio analizó los síntomas de más de un millón de personas entre junio de 2020 y enero 2021 que resultaron positivas a coronavirus en una prueba PCR y descubrió que además de los síntomas considerados ‘típicos’, cuando se manifiestan este grupo de signos secundarios solos o en combinación con pérdida del olfato, fiebre o tos persistentes, resultan un indicio claro de Covid-19.
Además, la manifestación de estos síntomas varía según la edad: el estudio encontró que a diferencia de los adultos, los menores de edad que enferman de Covid-19 muy pocas veces experimentan fiebre, tos persistente y pérdida de apetito.
En su lugar, descubrió que si bien la mayoría de menores contagiados con el virus resultan asintomáticos, existe un síntoma leve que aparece con más frecuencia en niños de 5 a 17 años y podrían ser una señal clave para sospechar de una infección por Covid-19: la aparición de dolor de cabeza.
La investigación también reveló que estadísticamente, las personas que se contagian de la nueva cepa británica B.117 de Covid-19, tienen mayores probabilidades de desarrollar una tos persistente y a diferencia de otras variantes, la enfermedad producida por esta mutación no suele incluir la pérdida súbita del olfato y el gusto, un par de síntomas relacionados con las infecciones más leves.
Fuente: Muy interesante