En Brasil, la creciente deforestación provocada para abrir espacio a cultivos o pastoreo agravó la temporada habitual de incendios, según expertos.

El fuego desató una disputa de alto voltaje entre Bolsonaro y su homólogo francés Emmanuel Macron, quien planteó la cuestión en la Amazonía en la cumbre de las mayores potencias económicas occidentales (G7) de Biarritz (sur de Francia).

Esa cumbre acordó aportar 20 millones de dólares a la lucha contra el fuego en la Amazonía, con el fin de sumar aviones para controlar el fuego.

También acordó apoyar un plan de reforestación a mediano plazo que se dará a conocer en la ONU en septiembre, adelantaron Macron y el presidente de Chile, Sebastián Piñera.

Bolsonaro afirmó este lunes que Macron «disfraza sus intenciones» al proponer «una ‘alianza’ de los países del G7 para ‘salvar’ la Amazonía, como su fuésemos una colonia o una tierra de nadie».

Indicó igualmente que habló con el presidente colombiano, Iván Duque, de «la necesidad de tener un plan conjunto entre la mayoría de los países que integran la Amazonía, que garantice nuestra soberanía y nuestras riquezas naturales».

Brasil aceptó hasta ahora la ayuda de Israel, que propuso enviar un avión.