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La vacuna triunfa en Alaska pese a las complicaciones de su territorio.

Al noroeste de Estados Unidos, alejado del restos de estados que componen el país de las barras y estrellas, se encuentra Alaska. Con más de 731.000 habitantes, en el que es el territorio norteamericano más extenso, la administración de la vacuna contra el coronavirus está siendo todo un éxito.

A pesar de los desafíos que supone el hecho de tener un clima complicado con el que lidiar, Alaska es uno de los estados que mejor ratio de vacunados lleva, con 40 dosis administradas por cada 100 habitantes. Un triunfo que se explica desde el aprendizaje de la vacuna contra la gripe y, también, aprendiendo sobre la marcha. Entre las curiosidades del estado, como cuenta CNN, está el hecho de que los trabajadores de salud deban viajar en trineos tirados por perros para transportar los viales.

Sistema sanitario fuerte

Por las circunstancias especiales de dicho estado, desde hace ya muchos años dispone de un sistema robusto, por lo que no tuvo que apresurarse para mejorarlo con la llegada de la pandemia, según señala la doctora Anne Zink, directora médica de Alaska. El Departamento de Salud del estado distribuye a las comunidades las vacunas pero no dan directrices, por lo que son éstas las que deciden cómo y a quién administrárselas.

El hecho de haber ofrecido tanto poder a las regiones del estado ha hecho que los trabajadores de la salud hayan podido «conocer a la gente donde se encuentran». De esta forma, se han ido repartiendo vacunas en barcos, trineos tirados por perros, helicópteros, avionetas e incluso yendo de puerta en puerta en comunidades pequeñas. «Depende en gran medida de las comunidades locales, que conocen su sistema mucho mejor que nosotros».

Vacunas para mayores de 55

Desde un primer momento, el estado abrió las vacunaciones para las personas mayores de 55 años, al contrario que muchos otros estados del país. También para personas con ciertas condiciones subyacentes, trabajadores esenciales, residentes en un hogar multigeneracional, cualquier persona que cuide de una persona mayor o quien viva en comunidades donde el 45% de las casas no tengan tuberías ni fosas sépticas.

Especialmente en las áreas donde la población es nativa de Alaska, hay una gran cantidad de personas que viven en viviendas con varias generaciones de una misma familia, lo que posibilita vacunar a personas más jóvenes.

La vacunación de las tribus

A lo largo de estos meses de pandemia, los nativos de Alaska han sido los más golpeados por la COVID, con más de una cuarta parte de los casos detectados. Los sistemas de salud tribales tenían dos opciones a la hora de elegir las dosis: vía estado o vía el servicio de salud indígena. Optaron por esta última, lo que les dio más independencia a la hora de distribuirlas.

«En lugar de un mecanismo de arriba abajo, en el que alguien de fuera de Alaska o de la Alaska rural dicta cómo van las cosas, se trata mucho más de darles suministros», señala el doctor Bob Onders, administrador del Centro Médico Nativo de Alaska en la capital, Anchorage.

Por otra parte, el estado pidió al Gobierno federal ser tratado «como un territorio en lugar de un estado», por lo que la asignación de vacunas le llega mensualmente y no semanalmente. Esto hace, indica la doctora Zink, que sea «más fácil planificar con anticipación y administrar vacunas de manera creativa«.

 

Fuente: https://as.com/diarioas/2021/03/12/actualidad/1615556921_832074.html