La Selección mexicana sufrió demasiado para empatar 3-3 ante Trinidad y Tobago, en un repleto Rio Tinto Stadium, en el primer partido en la era de Ricardo Ferretti.
Los problemas prácticamente comenzaron para el Tri desde el inicio, dado que cuando los equipos apenas se estaban acomodando en el terreno de juego y habían transcurrido 7 minutos, un desvío de la zaga, tras un disparo desde la puerta del área grande, provocó que el balón le quedara servido a Jonathan Glenn, quien solo remató de cabeza para el 1-0.
México seguía mostrándose muy nervioso en todos los sectores de la cancha y en ofensiva no generaba nada, ya que Carlos Vela fue ubicado más por la banda y Henry Martín quedó como único hombre en punta, lo que provocó que el Tri no lograra inquietar el arco rival.
Trinidad y Tobago simplemente se dedicó a defender bien y a aprovechar los errores mexicanos para ampliar su ventaja en el marcador, lo que consiguió a los 39′, luego de que Oswaldo Alanís mostró exceso de confianza ante Glenn, quien le robó la pelota, entró al área y sirvió para la llegada de Keron Cummings, que la empujó a la red para el 2-0.
La sorpresa se apoderó del estadio, sin embargo México poco a poco comenzó a reaccionar, sobre todo con las subidas de los laterales y en una de ellas Jorge Torres Nilo mandó un centro preciso para la llegada de Carlos Esquivel, quien remató de cabeza para el 2-1.
Para el complemento, el ingreso de Raúl Jiménez le cambió la cara al Tri, debido a que Vela estuvo más suelto y generó mayor peligro. A los 56′, el ahora jugador del Benfica se hizo presente en el marcador y logró el empate con un disparo fulminante que no pudo detener el arquero trinitense.
Con el empate, México pasó a ser mucho mejor y dominar las acciones, pero las constantes fallas, sobre todo de Javier Aquino, evitaron que el Tri diera vuelta el resultado.
Trinidad y Tobago jamás se dio por vencido y a los 69′ logró ponerse al frente nuevamente, luego de una pelota parada que ejecutó Joevin Jones para el 3-2, aprovechando que Raúl Jiménez se abrió en la barrera.
Parecía que estaba todo perdido para el Tri, hasta que Héctor Herrera entró a la cancha y a los 85′ soltó un espectacular remate inatajable de media distancia que significó el 3-3 definitivo.