Segunda víctima identificada en ataque a actriz porno

La estrella de reality shows Corey Thomas, también fue hospitalizado tras ser golpeado por el ex peleador Jon Koppenhaver, quien no soportó verlo con su novia.

Luego de que la actriz porno Christy Mack, fuera atacada violentamente por su novio, el peleador de artes marciales mixtas, Jon Koppenhaver (‘War Machine’), medios estadounidenses revelaron la identidad de la segunda víctima que acompañaba a la estrella de películas para adultos. El acompañante fue identificado como Corey Thomas, conocido por haber participado en el reality show ‘Megan Wants a Millionaire’ (‘Megan quiere un millonario’).

Corey Thomas, uno de los participantes del popular programa transmitido por VH1 en 2009, fue golpeado por Koppenhaver, cuando éste lo encontró junto con su ex pareja. Christy y Thomas tuvieron que ser hospitalizados al sufrir diversas fracturas y daños causados por las agresiones de ‘War Machine’, informó el portal Bloody Elbow.

«Sin mediar palabras, él (Koppenhaver) comenzó a golpear a mi amigo; una vez que terminó, lo echó de la casa y enfocó su atención en mí. Hizo que me desnudara y me duchara frente a él, luego me arrastró y golpeó mi cara», explicó la actriz.

«Los eventos se volvieron aún peores. No recuerdo cuántas veces fui golpeada, sólo tengo conocimiento de las heridas que resultaron después de la paliza», añadió.

Corey sufrió fractura en la nariz y terminó con los ojos completamente obscuros por los moretones.

Christy presentó una denuncia contra su agresor, por lo que el luchador de peso welter se ha mantenido alejado de las siete órdenes emitidas para su detención, al tiempo que ha sido despedido de la empresa Bellator por agredir a su novia.

«En Bellator tenemos una política de cero tolerancia a cualquier forma de violencia doméstica y después de aprender de este último incidente que involucra Jon Koppenhaver (War Machine), estamos liberando cualquier tipo de contrato promocional con la organización.» informó la empresa de combates.

Por su parte Jon Koppenhaver, se defendió de las acusaciones y mandó un mensaje a través de su cuenta de Twitter.

«Los policías nunca me darán juego limpio, nunca me creerán. Estoy decidiendo qué hacer pero al final de este día todo es un corazón roto», señaló Koppenhaver antes de borrar los mensajes y asegurar que nunca lo encontrarán.