Salud y Belleza

Hábitos negativos aunque no lo parecen

Seguro que nunca te has parado a pensar que tienes hábitos que se repiten en tu día a día y de los que no eres consciente. Por ejemplo, tienes el hábito de lavarte los dientes todos los días, de eso sí eres consciente, pero, ¿te has parado a pensar si lo haces bien? Si los cepillas el tiempo necesario? ¿Con poca o demasiada energía?…

Pues lo mismo pasa a la hora de alimentarnos, tenemos costumbres o hábitos instalados que pueden ser contraproducentes.

Cómo mejorar tus hábitos alimentarios

Masticar siempre con el mismo lado

Si te fijas con qué lado masticas, te darás cuenta que siempre o casi siempre lo haces del mismo lado. Esto provoca que las piezas dentales de ese lado sufran más desgaste, las articulaciones de la zona puedan sufrir alguna pequeña malformación y puede aparecer dolor mandibular. Procura corregir este hábito, cuando estés masticando, sé consciente de ello e intercala la comida de un lado a otro de la boca. En poco tiempo te acostumbrarás y se habrá convertido en un hábito más.

Creer que la fruta se puedes sustituir por un zumo

Un zumo nunca podrá sustituir una fruta porque la fibra, que es tan necesaria para tu organismo, se va a quedar en el exprimidor. Es verdad que las vitaminas te las tomas igual, pero el aporte de azúcar (fructosa) se asimilará más al no tener fibra que la contrarreste. Además, comer una fruta entera te aporta saciedad durante más tiempo, lo que es muy interesante si estás a dieta para perder peso. Es evidente que si quieres tomar un zumo debe ser natural, los envasados tienen una cantidad de azúcar indecente.

Lo mejor para desayunar son los cereales

Uno de los hábitos más extendidos es hacer desayunos especialmente dulces y es justo lo que no recomendamos en Dieta Coherente. Los desayunos al igual que las demás comidas deben contener, hidratos de carbono (frutas, verdura, cereales integrales…) y grasa favorable (aceite de oliva virgen extra, aceitunas, aguacate o frutos secos). Si te gusta tomar cereales en el desayuno procura que sean integrales y sin azúcar. Un exceso de azúcar en tus comidas provoca un pico de azúcar en sangre y esto hace que el páncreas segregue más insulina para reducir su concentración. Esos niveles altos de insulina, te van a provocar más hambre el resto del día, acumulación de grasa con más facilidad y a la larga se puede desarrollar una diabetes.

Un desayuno equilibrado

Prueba cualquiera de estos desayunos para mejorar tus hábitos mañaneros:

Vaso de agua con 2-3 gotitas de limón
Café/Té Rojo.
Dos biscotes con jamón serrano, tomate restregado y aceite

Vaso de agua con 2-3 gotitas de limón
Café/Té Rojo.
1 pieza de fruta , 3 nueces, 2 lonchas de pavo

Vaso de agua con 2-3 gotitas de limón
1 yogurt
Cereales integrales, 15 cacahuetes, 1 loncha de jamón serrano

Vaso de agua con 2-3 gotitas de limón
1 Green Smoothie
9 almendras, 1 loncha de cecina

cambia tus hábitos para tener una mejor alimentación. Usa la tabla de equivalencias

No dejar nada en el plato

Craso error, seguro que de pequeña te han metido esta idea en la cabeza, este hábito favorece un consumo excesivo de calorías. Lo que te proponemos es servirte la cantidad correcta, una porción de proteína del tamaño de tu mano, dedos incluidos (carne, pescado, huevo, conservas, fiambres magros);  si la guarnición es de verdura o legumbre, dos manos (con dedos incluidos); y si es de pasta, arroz, patata, quinoa, cereales o pan, sólo una mano (sin contar los dedos).

Cepillarte los dientes justo después de comer

Puede ser más perjudicial que beneficioso, el pH de la boca se vuelve más ácido después de comer y esto hace que se debilite el esmalte dental. La fricción de las cerdas en ese momento puede dañar los dientes haciendo que la dentadura sea más susceptible al ataque de las bacterias. Te recomendamos cepillarte después de medía hora de haber comido.

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