Los Denver Broncos le dan a Peyton Manning una semana más para decidir su futuro. Así se desprende de las palabras que Gary Kubiak, entrenador de los ganadores de la Super Bowl 50, ha pronunciado en la Combine de la NFL que se está celebrando estos días en Indianapolis.
Kubiak ha mostrado, como toda la franquicia en los últimos días, un total respeto por la figura de Manning y por los tiempos que se está tomando para valorar sus opciones y, en resumen, diga si se va a retirar o si quiere seguir jugando.
Es cierto que esto es lo que debe decir la franquicia. No se puede despreciar a una leyenda que, para más INRI, acaba de ser el títular en el tercer anillo de la franquicia, y no se le puede apresurar para que tome una decisión. Pero muy mal estarían haciendo las cosas desde las oficinas de John Elway, presidente de los Broncos, en caso de no tener todo previsto y bien previsto.
Porque resulta que hay una serie de factores que hay que evaluar y que están por encima de lo que quiera o deje de querer Manning. O, para ser más preciso, del tiempo que necesite para aclarar su mente.
Para empezar, el 9 de marzo el contrato de 19 millones de dólares de Peyton para el año 2016 se hace asegurado, con 21,5 millones contando contra el espacio salarial del equipo. No existe ninguna posibilidad de que llegue ese día y el jugador y la franquicia no hayan expresado claramente su posición.
En caso de que Manning quiera seguir jugando no lo haría por ese dinero. Bajo ningún concepto. Su juego no ha sido digno de ese salario. Además, Denver afronta un serio problema de renovaciones con Von Miller, Malik Jackson o Brock Osweiler, entre otros, siendo agentes libres.