Un nuevo terremoto, de 7.0 grados en la escala de Richter, sacudió este sábado el suroeste de Japón, dejando un saldo preliminar de 23 muertos, que se suman a los 9 del sismo de la noche del pasado jueves, de acuerdo con diversas agencias.
Una serie de sismos han dejado a Kumamoto con severos daños, agravados por incendios y desprendimientos de tierra que han destruido cientos de casas. Más de 65 mil personas han debido pasar la noche en albergues al perder sus hogares.
El portavoz de la prefectura de Kumamoto, Yumika Kami, confirmó que “el balance total (de muertos) aumentó a 32”, entre los que se encuentran dos estudiantes que quedaron atrapados en una residencia para universitarios. Además, los heridos se cuentan por millares, de los cuales 184 se encuentran en estado grave.
Tras cancelar una visita a la zona, el primer ministro Shinzo Abe aseguró que “la prioridad es salvar vidas. Debemos actuar rápidamente”, indicó con preocupación, pues “está previsto que el clima se deteriore (…) por lo que tememos deslizamientos y otros desastres”.
Para empeorar el panorama, se pronostican fuertes lluvias en las próximas horas en la región, lo que podría generar nuevos corrimientos de tierra debido a que la zona ha quedado reblandecida.
Entre la tragedia, la compañía Kyushu Electric Power dio a conocer que hasta el momento no se han reportado anomalías en la central nuclear de Sendai, sede de los dos últimos reactores nucleares activos en Japón. Este país ha cancelado gradualmente sus instalaciones nucleares luego del terremoto de 2011 que dejó más de 18 mil heridos y provocó in incidente en la central de Fukushima.
Con información de AFP