Piketon, Ohio— Ocho miembros de una familia, incluida una madre que dormía con su niña de 4 días de nacida a un costado, fueron asesinados de disparos en la cabeza este viernes, dejando a un pueblo rural de Ohio aterrorizado y a la cacería del presunto responsable.
Tres niños, incluida la recién nacida, sobrevivieron al ataque que dejó siete adultos y un adolescente de 16 años muertos, dijeron el fiscal general del estado, Mike DeWine, y el Sheriff del Condado de Pike, Charles Reader esta tarde en una conferencia de prensa.
El empobrecido condado ubicado en la región de las Montañas Apalache es hogar de unos 28 mil residentes y se ubica 80 millas al este de Cincinnati.
DeWine dijo que no hay señales de que los fallecidos se hubieran disparado a ellos mismos y que si existe algún sospechoso en fuga debe considerársele armado y peligroso.
Algunas de las víctimas estaban en sus camas, lo que indica que les dispararon mientras dormían, dijeron las autoridades, y no descartaron que el crimen fuera perpetrado por más de una persona. Los fallecidos pertenecían todo a la familia Rhoden.
“Es lamentable”, dijo DeWine, “la madre fue asesinada con la recién nacida ahí a un lado”, agregó.
El motivo de la masacre aún se desconoce, pero los funcionarios pidieron a otros integrantes de la familia tomar precauciones al igual que al resto de los residentes, a quienes les recomendaron cerrar bien sus puertas durante la noche.
Siete de los cuerpos fueron hallados en tres casas, separadas por unas cuantas millas unas de otras. Un octavo cadáver fue encontrado en otra casa a 30 millas de distancia del resto, dijo el sheriff.
Los otros dos niños que sobrevivieron tenían tres años y seis meses de edad, respectivamente.
Goldie Hildebran, de 65 años, dijo que vive a kilómetro y medio (una milla) de donde le dijeron que se efectuaron los tiroteos.
“Me enteré en la mañana por la persona que reparte el correo”, dijo Hildebran, quien dijo que la Policía le impidió a la trabajadora postal hacer sus entregas en la zona acordonada.
“Me dijo que sabía que había sucedido algo realmente malo”, dijo Hildebran.
El gobernador John Kasich, que se encuentra en Pennsylvania en su campaña presidencial, dijo que su oficina monitorea la situación.